sábado, 27 de noviembre de 2010

Catequesis Mistagógica de la Santa Misa. Preliminares

La Iglesia siempre ha comprendido que su centro vivificante está en la Eucaristía, que hace presente a Cristo continuamente, en el Sacrificio Pascual de la redención. En la Santa Misa, el mismo Autor de la gracia se manifiesta y se da a sus fieles, santificándoles y comunicándoles su Espíritu. El Concilio Vaticano II afirma, por ello, con verdadera insistencia que la Eucaristía es fuente y cumbre de toda la vida cristiana[1]. Ella es, secretamente, como decía Pablo VI, el corazón de la vida de la Iglesia (Mysterium fidei). Como la sangre fluye a todo el cuerpo desde el corazón, así del Corazón de (Leer artículo completo...)

(III) ¿QUÉ ES LA PASTORAL LITÚRGICA?

No es fácil llegar a una definición de Pastoral Litúrgica que resuma el fundamento, la finalidad, el método, las características y las exigencias de esta acción eclesial y que, al mismo tiempo, la sitúe en el ámbito de la misión de la Iglesia[1].

Por Pastoral Litúrgica se puede entender, en sentido amplio, la acción atenta a todo aquello que en la existencia cristiana y en la actividad de la Iglesia emerge como expresión ritualizada de la dignidad y función sacerdotal para ofrecerlo e interpretarlo desde la fe[2]. En un sentido más concreto, Pastoral Litúrgica es la acción tendente a que el pueblo participe activa y conscientemente en la celebración del culto de modo que halle en la fuente misma el verdadero espíritu cristiano[3] y, que tiene por finalidad, la edificación del Cuerpo de Cristo mediante la santificación de los hombres y el culto a Dios[4]; y, también, la ciencia y el arte de convertir los signos del culto cristiano en lo más comunicativos posible para favorecer la participación.

No obstante, el verdadero concepto de Pastoral Litúrgica depende íntimamente de la naturaleza de la Liturgia como expresión simbólica y ritual, que actualiza y hace presente la obra de salvación de Cristo. Por tanto, es muy acertado decir que, Pastoral Litúrgica, es la acción realizada por el pueblo de Dios para edificar el Cuerpo de Cristo mediante las acciones eclesiales del culto cristiano, teniendo en cuenta la situación real de los hombres[5].

En suma, la Pastoral Litúrgica, está al servicio de los fines de la Liturgia. Por eso se puede decir que la Liturgia pertenece al Ser de la Iglesia, mientras que la Pastoral Litúrgica está en el orden del Obrar, es decir, en la cima de todo aquello que contribuye al crecimiento del Cuerpo de Cristo[6].

La Pastoral Litúrgica[7], está al servicio de la función sacerdotal de todo el pueblo de Dios, al facilitar a todos sus miembros la posibilidad de realizar su sacerdocio común de los bautizados y confirmados, adorando y ofreciendo sus vidas como culto agradable a Dios, en el Espíritu Santo y en la Verdad, sobre todo cuando la asamblea se reúne para el culto.

Por eso, la Pastoral Litúrgica, no se puede reducir únicamente a la actuación de los ministros ordenados, aunque ellos tienen una función primordial en ella, en virtud del Sacramento del Orden[8]. La celebración lleva a cabo la función santificadora y cultual que corresponde a toda la Iglesia y todos los fieles que participan tienen el derecho y el deber de intervenir; cada uno a su modo, de acuerdo con el Orden o ministerio que tengan, o según el servicio litúrgico que han aceptado simplemente realizar. En este sentido, la Pastoral Litúrgica, como servicio y tarea dentro de la comunidad cristiana, corresponde a todos los miembros de la misma, aunque, a la hora de la ejecución, esta tarea está, particularmente, confiada a los ministros ordenados (Obispos, presbíteros y diáconos) y a los laicos y religiosos que se han comprometido a trabajar en este campo.



[1] McNamara Edward, Jesucristo Vivo y Presente en la Liturgia, Introducción al estudio de la Liturgia, Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, Roma 2004, pp. 376-386

[2] DELLA TORRE L. Celebrare il Signore. Corso di Liturgia (Roma 1989)

[3] ROGUET A. M. “La Pastoral litúrgica” en MARRMORT (2 ed. De 1967)

[4] J. LÓPEZ MARTIN, En el espíritu y la verdad II, Introducción Antropológica a la Liturgia, Secretariado Trinitario, Salamanca 1994, p. 499

[5] FLORISTAN Casiano, “Pastoral Litúrgica”, en Teología Práctica.

[6] Cf. SC 11; 42-43; 61

[7] McNamara Edward, Jesucristo Vivo y Presente en la Liturgia… pp.379-380

[8] Cf. SC 41-42; LG 26; PO 5

sábado, 20 de noviembre de 2010

PASTORAL LITURGICA (II)-HISTORIA

La Pastoral Litúrgica surgió como tendencia dentro del Movimiento Litúrgico, cuando San Pío X recordó en 1903, que la participación de los fieles en la Liturgia es la fuente primera e indispensable del espíritu cristiano[1]. El Concilio Vaticano II asumió este ideal[2] para hacer de él el principal objetivo de la reforma litúrgica[3].

Al proponerse el Vaticano II “fomentar todavía más la Pastoral Litúrgica en la Iglesia”[4], no solo consagra esta particular acción eclesial, sino que reconoce su actividad ejercida en el movimiento litúrgico previo al Concilio. Efectivamente, la Pastoral Litúrgica surge, como se ha apuntado, a inicios del siglo XX con el deseo que el pueblo cristiano participe activamente en el culto. El apostolado litúrgico preconciliar y la reforma litúrgica del Vaticano II harán posible aquel anhelo y desarrollarán la Pastoral Litúrgica en el ancho campo de la acción pastoral y en el ámbito estricto de la celebración de los cristianos.

Hoy se reconoce que la reforma litúrgica del Vaticano II ha sido recibida y aplicada en todas partes con entusiasmo, ya que había necesidad y deseos de cambios profundos en la Liturgia, expresados con anterioridad por Pastores, especialistas y fieles. De hecho, había sido preparada por algunas reformas litúrgicas parciales bajo el Pontificado de los últimos Papas, por la experiencia litúrgica vivida en los monasterios, grupos de laicos y parroquias y por numerosos estudios dedicados a este tema[5]. La Constitución Sacrosantum Concilium sobre la Liturgia fue el primer fruto del Concilio y el de más largo alcance, consecuencia – como apunta el mismo Documento – de los trabajos previos: “Una concienzuda investigación teológica, histórica y pastoral” sobre la Liturgia y la “experiencia adquirida” en el movimiento litúrgico[6]. Al promulgar Pablo VI dicha constitución el 4 de diciembre de 1963, el movimiento litúrgico dio paso a la reforma conciliar de la Liturgia. Desde entonces, la Liturgia ha sido fomentada por la jerarquía, promovida por los responsables de la acción pastoral y estudiada con dimensión teológica en diversos centros de estudio. Esto ha dado lugar a una nueva comprensión de la Liturgia y a la formulación de una renovada Pastoral Litúrgica[7].


[1] Cf. Supra, nn 15-20 del capítulo I

[2] Cf. SC 14

[3] Cf. Ibíd. 11, 14, 19, 21

[4] Ibid. 43

[5] I. Oñatibia, La Reforma Litúrgica desde San Pío X hasta el vaticanos II, en C. Morcillo, Comentarios a la constitución sobre la Sagrada Liturgia, Madrid, 1965, p. 84

[6] SC 23

[7] Cf. R. Vaillancourt, Bilán de la réforme liturgique de Vatican II, Montréal 1986, p. 5

viernes, 15 de octubre de 2010

INTRODUCCIÓN


Las Parroquias organizadas localmente representan en cierto modo a la Iglesia visible establecida por toda la tierra[1]. De aquí se deriva que en las Parroquias se hallan presentes todos los elementos fundamentales que constituyen la Ekklesía: la predicación del Evangelio, la celebración Eucarística, la colaboración de los carismas, la unidad constituida bajo la presencia de un ministro ordenado. Por tanto, se revelan como una especie de microcosmos eclesial, la más pequeña célula humana en que son visibles todos los elementos que constituyen la Iglesia.

La acción litúrgica es el centro de la actividad parroquial. Todas las demás acciones se ordenan a ésta como fin y extraen de ella, como su fuente, el impulso para la actividad. La Iglesia siempre ha comprendido que su centro vivificante es la Sagrada Liturgia. Ninguna actividad pastoral puede realizarse sin referencia a la Liturgia. Las celebraciones litúrgicas suponen iniciación en la fe mediante el anuncio evangelizador, la catequesis y la predicación bíblica[2]. En efecto, la Liturgia, como acción de Cristo y de la Iglesia es el ejercicio del sacerdocio en Jesucristo; es cumbre y fuente de la vida eclesial[3]. Por tanto, es inconcebible la acción pastoral sin acción litúrgica.

Sin embargo, pese a esta centralidad que la Liturgia tiene en la vida de la Iglesia, es de lamentar que, en materia de Liturgia, nuestras Parroquias se encuentran en una situación precaria. En consecuencia de esto, tenemos Liturgia mal celebrada y, por tanto, mal vivida, sin repercusión alguna en la vida cotidiana.

En una Parroquia es indispensable, dentro del conjunto de toda la Pastoral, la Pastoral Litúrgica. A ella se han de dedicar numerosos esfuerzos, a fin que los fieles logren una participación activa, consciente y plena. En efecto, si no se dispone de una Pastoral Litúrgica al menos básicamente organizada, la vida parroquial redunda en activismo ritualizado de la Liturgia.

Quiera Dios que este pequeño opúsculo sea de ayuda a la formación de los equipos de Pastoral Litúrgica; ayude a descubrir la riqueza inestimable y los frutos que produce una celebración bien preparada, bien vivida y bien prolongada.


[1] SC 42

[2] PUEBLA, 927

[3] Ibíd., 918

INICIO PUBLICACIONES

Daré inicio a una serie de publicaciones sobre la Pastoral litúrgica. Al final subiré todo el archivo en formato PDF. Si a alguien le interesa se lo puedo mandar antes. Saludos!!!

jueves, 2 de septiembre de 2010

NOTIFICACIÓN...

Por error eliminé las entradas aquí publicadas. Si alguien está interesadas en ellas me las puede pedir.
- Reynaldo