viernes, 15 de octubre de 2010

INTRODUCCIÓN


Las Parroquias organizadas localmente representan en cierto modo a la Iglesia visible establecida por toda la tierra[1]. De aquí se deriva que en las Parroquias se hallan presentes todos los elementos fundamentales que constituyen la Ekklesía: la predicación del Evangelio, la celebración Eucarística, la colaboración de los carismas, la unidad constituida bajo la presencia de un ministro ordenado. Por tanto, se revelan como una especie de microcosmos eclesial, la más pequeña célula humana en que son visibles todos los elementos que constituyen la Iglesia.

La acción litúrgica es el centro de la actividad parroquial. Todas las demás acciones se ordenan a ésta como fin y extraen de ella, como su fuente, el impulso para la actividad. La Iglesia siempre ha comprendido que su centro vivificante es la Sagrada Liturgia. Ninguna actividad pastoral puede realizarse sin referencia a la Liturgia. Las celebraciones litúrgicas suponen iniciación en la fe mediante el anuncio evangelizador, la catequesis y la predicación bíblica[2]. En efecto, la Liturgia, como acción de Cristo y de la Iglesia es el ejercicio del sacerdocio en Jesucristo; es cumbre y fuente de la vida eclesial[3]. Por tanto, es inconcebible la acción pastoral sin acción litúrgica.

Sin embargo, pese a esta centralidad que la Liturgia tiene en la vida de la Iglesia, es de lamentar que, en materia de Liturgia, nuestras Parroquias se encuentran en una situación precaria. En consecuencia de esto, tenemos Liturgia mal celebrada y, por tanto, mal vivida, sin repercusión alguna en la vida cotidiana.

En una Parroquia es indispensable, dentro del conjunto de toda la Pastoral, la Pastoral Litúrgica. A ella se han de dedicar numerosos esfuerzos, a fin que los fieles logren una participación activa, consciente y plena. En efecto, si no se dispone de una Pastoral Litúrgica al menos básicamente organizada, la vida parroquial redunda en activismo ritualizado de la Liturgia.

Quiera Dios que este pequeño opúsculo sea de ayuda a la formación de los equipos de Pastoral Litúrgica; ayude a descubrir la riqueza inestimable y los frutos que produce una celebración bien preparada, bien vivida y bien prolongada.


[1] SC 42

[2] PUEBLA, 927

[3] Ibíd., 918

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Daré inicio a una serie de publicaciones sobre la Pastoral litúrgica. Al final subiré todo el archivo en formato PDF. Si a alguien le interesa se lo puedo mandar antes. Saludos!!!